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El promotor de lectura es un mediador entre el lector y el libro. El promotor está permanentemente automotivado para ejercer su rol, para lo cual hace gala de un conjunto de destrezas que incluyen el lenguaje verbal y no verbal, hace uso de su ingenio y creatividad al brindar una gama de posibilidades que acerquen afectivamente el libro al mundo interno del lector a quien acompaña hasta que éste hace uso de su libre albeldrió para seguir solo o no.
En un mundo donde la globalización impone nuevas formas de leer hay que buscar la manera de aliarse a esos nuevos panoramas para que el futuro lector disfrute de la lectura en distintos niveles y escenarios. Se trata de revolucionar las distintas formas de accesar a la información, cambiar los viejos paradigmas que subestiman la importancia de otras fuentes de información como un recurso valioso para la formación de un lector. Un promotor de lectura reconoce y respeta la diversidad de fuentes y principalmente respeta los derechos del lector quien al final decide qué, cuándo, dónde y cómo lo hace o deja de hacerlo. El promotor nace cuando lector se hace.
Daniel Penacc en su libro Como una novela expresa "No se puede forzar la curiosidad, se le debe despertar"... Pennac " nos lleva a recuperar lo fabuloso y maravilloso que puede ser la lectura, y a reivindicar la libertad de cada quién de situarse con respecto a este arte."
Los Derechos imprescindibles del lector:
1. El derecho a no leer.
2. El derecho a saltarnos las páginas.
3. El derecho a no terminar un libro.
4. El derecho a releer.
5. El derecho a leer cualquier cosa.
6. El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual).
7. El derecho a leer en cualquier sitio.
8. El derecho a hojear.
9. El derecho a leer en voz alta.
10. El derecho a callarnos